Las elecciones francesas, aun en su primera vuelta, ya obligan a un cambio importante en el apoyo a la política Alemana para la zona euro.
El crecimiento de la prima de riesgo francesa, respecto a Alemania, pone de manifiesto que los mercados financieros así lo han comprendido e intentan defender sus intereses. No sería de extrañar alguna nota negativa, durante esta semana, por parte de alguna de las agencias de calificación.
Y es que cada vez son menores los intereses en común entre ambas potencias. Quizás el ejemplo más claro se encuentre en el papel de China.
China probablemente reemplazará a Francia, como socio comercial más grande de Alemania, en este año. Al día de hoy Alemania tiene aproximadamente cinco veces más empresas, operando en China, que Francia.
Francia cada vez se encuentra más cerca de España e Italia, en cuanto a la estrategia más conveniente para sus intereses económicos en esta crisis.
En esta primera vuelta, los franceses, se han manifestado a favor de un mayor protagonismo del BCE en apoyo de los Estados, en lugar del actual apoyo a las entidades financieras; del incremento de la emisión de moneda común, buscando voluntariamente una mayor devaluacion, algo que Alemania rechaza de plano; de un mayor apoyo a la creación de empleos, aun cuando eso suponga incremento del déficit público; de la creación de impuestos “temporales” para las grandes fortunas, no para los asalariados,…
En definitiva, los resultados de Hollande – e incluso de la ultraderechista Le Pen – en la primera vuelta de las elecciones francesas, han acabado con la “politica Merkozy”. Incluso aun cuando, en una recuperación difícil de imaginar, volviera a ganar Zarkozy.
Personalmente considero que esto, sin ser “la solución” forma parte de la misma. Ya he manifestado sobradamente mi opinión sobre la “hoja de ruta griega” que se viene imponiendo a los sufridos contribuyentes de la Zona Euro.
Ahora solo hace falta que se enteren nuestros políticos, los de España.