31 de mayo de 2011 (Este comentario fue censurado omitido inicialmente por los responsables de la sección de Opinión, de Gestiona Radio, subiendolo posteriormente a dicha sección, tras un retraso de treinta horas )
El pasado 26 de abril publiqué un comentario, en la sección de Opinión, de Gestiona Radio, con el titulo Bancos buenos y bancos malos españoles: ¿sinónimo de privatización de beneficio y nacionalización de pérdidas? , que alertaba sobre el riesgo de estrategias que encubiertamente persiguieran este resultado. En dicho artículo mencionaba, de pasada, la diferencia entre constituir, con activos tóxicos, una sociedad independiente pero unipersonal, a dejar los activos tóxicos en la entidad original, desplazando la actividad financiera saneada, a una sociedad independiente, sacándola a Bolsa. Alertaba de los riesgos que, para los acreedores de la matriz, podría deparar esta practica.
Pues bien la agencia Standard and Poor´s ha corroborado esta prevención, asignando, este lunes, a la deuda a largo plazo de Bankia la misma calificación (“A-“) que tenía inicialmente su sociedad matriz, el Banco BFA, bajando la de este último tres escalones (“BBB-“); dejándola a las puertas del “bono basura”.
La calificación de Bankia llega después de que su sociedad matriz, el BFA, le haya transferido la mayoría de sus activos y se haya quedado con el suelo adjudicado, los créditos a suelos en situación dudosa y algunas participaciones empresariales, junto con 8.528 millones de euros en emisiones, de las siete cajas fundadoras, con aval del Estado y con 5.730 millones en emisiones subordinadas y 4.416 millones en participaciones preferentes suscritas por clientes.
Con esta maniobra, tanto las emisiones subordinadas como las preferentes emitidas por Caja Madrid, pasan a estar dentro del grado de inversión “especulativa”, el conocido como “bono basura”.
Naturalmente el BFA también cuenta con las acciones del 100% de Bankia, pero esta circunstancia no le salva de esta recalificación a la baja de su riesgo, y es que, como ya adelanté en el artículo mencionado al principio, ¿quién garantizará que con la venta de las acciones de Bankia se salde la deuda resultante, tras la liquidación del resto del patrimonio del BFA, a valor real de mercado?
Y, para mayor desconcierto, se acomete esta operación de salida al mercado bursátil en uno de los peores momentos del mismo, al menos para los Bancos, al extremo de haberlo desaconsejado, expresamente, el Instituto de Estudios Bursatiles, que cuenta entre sus Consejeros con dos premios Nobel de Economía, Lawrence Klein y Harry Markowitz.
Como contribuyente no tengo más remedio que preocuparme sobre las garantías que el BFA aportará a sus acreedores, entre ellos el Estado español, avalista de parte de sus emisiones de deuda, para garantizarles el cumplimiento integro de sus compromisos.
Como inversor quizás me convenga estudiar el momento más adecuado para tomar posiciones como accionista de Bankia.