José Barta. 22 de mayo 2020
Según las estadísticas de seguimiento, de la pandemia provocada por Covid-19, realizadas por la Johns Hopkins University, tras el desastre de Bélgica, que parece condenada a no abandonar la primera posición en fallecimientos por habitantes, seguida de España, el crecimiento de la crisis en Europa se está focalizando en dos países que hasta hace unos días se presentaban como referentes del equilibrio confinamiento-actividad económica: Suecia y Holanda
Aun encontrándose a una importante distancia, en cuanto a mortalidad por habitantes, de España, Reino Unido e Italia, en estos momentos se encuentran en una espiral de crecimiento que obligará a endurecer sus medidas de aislamiento, si no lo han hecho en estas últimas horas.
Si a estos datos incorporamos la recientes noticia de un posible brote en la ciudad de Shulan, en el noreste de China, con todas las reservas debidas a la escasa transparencia de las autoridades de este país, podemos concluir que la incertidumbre no decrece, cuando menos se mantiene, lo que obligará a extremar las medidas de distanciamiento social, con el creciente perjuicio económico de aquellos países con mayor peso del turismo y la restauración en su PIB, como le sucede a España.