Actualización del artículo que escribí el 23 de enero 2017
José Barta, 16 de febrero 2020
Inspirado en el relato del Yalkut Shimoni, Noé, cap. VII
Cansado Elohim de la
maldad de los seres humanos, viendo que su corrupción les llevaba a la
autodestrucción, decidió acabar con todos salvo con Noé, que era el único varón
justo de su generación. “Erradicaré el mal de esta generación y los seres
humanos volverán a vivir en paz. Por esta razón haré que se derritan los hielos
polares y las nubes se vaciaran sobre la tierra, y todo quedara anegado de agua
durante cuarenta días con sus correspondientes noches, y morirán todos los
hombres y animales terrestres, salvo Noé y su familia, y la humanidad podrá
comenzar de nuevo.”
Elohim dio instrucciones
a Noé para que construyera un arca sellada, en la que se embarcaran él, su
esposa, sus hijos – Sem, Cam y Jafet – y sus nueras, junto con una pareja de
cada especie animal terrestre.
Finalizada la
construcción del arca, las distintas especies comenzaron a entrar en ella. El Engaño
quiso penetrar en el arca. Noé, que no supo reconocerle, le dijo: “solo
puedes entrar si tomas una compañera, para formar pareja”.
El Engaño encontró a la
Iniquidad, y la Iniquidad le preguntó: ¿De dónde vienes?
Él le dijo: vengo de
estar con Noé, a quien he ido a pedir subir al arca, y no me ha dejado; pero me
ha dicho “Toma una compañera y forma una pareja”. Si quieres, se mi
compañera y formemos una pareja.
La Iniquidad le
preguntó: ¿y qué me darás? El Engaño respondió: Me comprometo a darte todo lo
que obtenga. Y ambos entraron en el arca.
Cuando hubo partido el
arca, el Engaño fue adueñándose de cosas, y la Iniquidad se quedaba con ellas.
Finalmente, el Engaño y
la Iniquidad salieron del arca al desaparecer las aguas; en cuarenta días
habían comprobado lo fácil que resultaba arrebatar bienes materiales a los
seres humanos; su unión se mostraba irresistible, habían nacido el uno para la
otra y viceversa; a partir de ese momento, alentados por su éxito, se fijaron
un objetivo más ambicioso, no limitarse a los bienes materiales: arrebatar a
los seres humanos la esperanza y la felicidad.
Y así han estado
actuando a través de la Historia, hasta nuestros tiempos.
La anómala situación que
vivimos en España, desde hace décadas, tanto en el ámbito de lo público, con
importantes protagonistas de la vida política, como en el privado, con
protagonistas de todo tipo, tiene muchos pilares pero quizás el más importante
estribe en la instauración de la mentira como instrumento aceptado para el
logro de objetivos personales e institucionales.
El desconcertado ciudadano,
sin formación, ni información, suficientes para discernir la verdad, termina inhibiéndose
o radicalizándose, con la consiguiente fractura social.
Que el Engaño (falta de
verdad en lo que se dice, hace, cree, piensa o discurre) y la Iniquidad (injusticia
grave) corrompen las relaciones entre las personas es algo que difícilmente se
puede discutir, dado que destruyen la confianza entre ellas e inducen a la
desesperación.
Que han quebrado la paz
social y familiar en numerosas ocasiones, a lo largo de la Historia, causando odios
y guerras, es un hecho constatable científicamente.
Está por ver si seremos
capaces de erradicarlas de la realidad económico-político-social española.