José Barta; 2 de enero 2019
Si algo echo en falta, por parte de las diversas Administraciones españolas, así como de las diversas Asociaciones patronales y obreras de nuestro país, es el estudo riguroso sobre la posible incidencia que la formalización del Brexit podría tener en nuestro país, a nivel económico y social.
Valorar posibles escenarios es critico a la hora de planificar acciones compensatorias.
No estaremos entre los países más afectados; salvo en el ámbito turístico, que es un sector clave de nuestro desarrollo económico, por lo que la menor incidencia debe ser estudiada rigurosamente, al objeto de diseñar estrategias correctoras ante posibles perdidas.
Comunidades como la catalana, la valenciana y Andalucía pueden verse claramente afectadas, con apreciable incidencia en su tasa de desempleo y en su evolución económica. Pero no parece que esto preocupe mucho a nuestros responsables políticos, ni se levantan suficientes voces de alerta (no necesariamente de alarma) entre los principales operadores económicos.
La verdad es que no resulta novedosa esta actitud, algo que afecta seriamente a nuestra capacidad de Innovación, con ello de crecimiento que no se limite al recorte de costes, que suelen centrarse en recortes salariales.