José Barta; viernes 8 de enero 2016
COE-rexecode (Observatorio Económico y Centro de Investigación para el Desarrollo de la Economía y la Empresa), con sede en Francia, ha vuelto a publicar su informe-resumen del pasado año 2015.
Como siempre sus gráficos resultan muy ilustrativos.
De los mismos se deduce un horizonte, a corto y medio plazo, muy poco halagüeño para la recuperación de la economía española. Desde luego, el entorno mundial no nos ayudará en absoluto.
He seleccionado tres gráficos. El primero pone de manifiesto el altísimo valor de capitalización bursátil mundial, si bien durante el pasado año experimentó una caída próxima al 4% su evolución recuerda extraordinariamente la experimentada en los meses previos a la pasada crisis financiera, algo que se ha acentuado en estos primeros días del año, si bien debido a las dudas existentes sobre la solvencia de la economía China.
Esta duda persiste aun cuando se estabilice la tensión creada en las últimas horas. De hecho, el horizonte previsto para los mercados emergentes, a lo largo del presente 2016, no ofrece expectativas más halagüeñas, por lo que la esperanza en un importante crecimiento del PIB mundial, que ayude a rectificar suavemente una posible burbuja bursátil, no aparece muy bien fundamentada. El segundo gráfico recoge la evolución experimentada por el PIB mundial.
De la misma manera parece infundada la posibilidad de un proceso inflacionista que compense los posibles desequilibrios entre la tasación de activos de empresas y su valor real de mercado. Algo que en el caso de España todavía tiene un respetable recorrido en los vinculados al sector inmobiliario. Por no recordar la caída de renta neta disponible, que no mejorará con la creación de empleos de bajo coste, como alerté en su momento en un artículo sobre los actuales motores de la economía española (ESPAÑA, UNA ECONOMÍA CIMENTADA EN SOL Y MANO DE OBRA BARATA). El tercer gráfico seleccionado por mí representa la evolución de la inflación mundial.