José Barta, 6 de mayo 2014
Tras anunciar a bombo y platillo la constitución de la primera SOCIMI de España, por recursos propios (hubiera sido la tercera desde el cronológico), la gestión de esta sociedad ha modificado esencialmente su estrategia, optando por operaciones de inversión a muy corto plazo, intentando aprovechar las oportunidades que el actual mercado inmobiliario español ofrece. Este cambio implica una filosofía radicalmente distinta de la inicial.
Con el nuevo modus operandi la figura de SOCIMI sobra, ya que ninguna ventaja fiscal le aporta, y en consecuencia se ha descartado su incorporación como tal. Y sucede que de la misma manera que ningún atractivo puede encontrar en el marco regulador de las SOCIMIs, aparece también como bastante dudosa la experiencia que Azora y sus socios, Fernando Gumucio y Concha Osacar, pueden aportarle.
La experiencia de Azora, promotora y gestora del proyecto, se ha centrado casi exclusivamente en viviendas protegidas en alquiler; ni siquiera Osacar, durante su Presidencia en Banif Gestora de Fondos de Inversión Inmobiliaria, pudo obtener la experiencia precisa para “operar en corto”, como parece que actualmente quieren hacer.
Personalmente intuyo que ha pesado mucho el criterio y experiencia de Soros, socio de referencia de la inmobiliaria, si bien la misma – en España – también se limita a un periodo de tiempo que poco tiene que ver con el actual, dado que la crisis del 92 no afectó de la misma manera al mercado inmobiliario, ni, lo que es más importante, a la renta disponible por parte de los clientes (hogares y empresas), con un incierto plazo para la recuperación.
De todo esto surge la duda razonable sobre quien terminará gestionando esta sociedad, y si conseguirá mantener a sus actuales accionistas, o si se producirán sustituciones.
En cualquier caso, tras la primera inversión de esta inmobiliaria – la compra del Hotel Guadalmina de Marbella (Málaga), por 21,5 millones de euros – Credit Suisse ha reducido al 4,99% la participación del 7,7% que hasta ahora tenía.
Hace unas semanas fue Soros quien redujo desde el 18,3% hasta el 16,7% sus derechos de voto en la empresa, al materializar un préstamo de títulos de la sociedad cotizada firmado con Goldman Sachs.
Finalmente el fondo de pensiones holandés APG Asset Management también ha reducido por debajo de la cota del 5% su participación, situándola en el 4,14%.