José Barta; 2 de abril 2014
Lo he comentado esta mañana en Primera Hora de Gestiona radio, desde hace más de seis meses, el profesor Miguel Cordoba y yo, venimos denunciando desde esas antenas que la moderada inflación que teníamos en España estaba siendo sostenida, exclusivamente, por las medidas recaudatorias de las distintas Administraciones Públicas de nuestra Nación. Impuestos, tasas, sectores regulados y servicios públicos como el transporte han sido los medios por los cuales, nuestros políticos han impedido que cayéramos en la deflación, eso sí, a costa de una perdida sin precedentes, en una economía de paz, de la riqueza real de las familias medias, con un retroceso de la “renta neta disponible” a la década de los noventa.
Es la consecuencia lógica de la política económica adoptada por nuestro Gobierno, otro resultado hubiera sido sorprendente. Y lo malo es que, salvando distancias socio económicas, no estamos sino siguiendo el modelo de las medidas adoptadas en Grecia, que ya va por su enésimo rescate, y no parece que vaya a parar. En España, con mayor musculo empresarial y económico-familiar que Grecia, el rescate continuo lo estamos pagando y lo seguiremos pagando los contribuyentes en este país. Porque esto…no ha terminado. La caída de la renta neta disponible, sin visos de recuperación a medio plazo, lleva aparejada la persistencia en la caída de precios inmobiliarios, que siguen siendo una de las dos grandes lacras de este país, junto con el derroche de los gestores políticos al frente de administraciones y empresas públicas.
Ha pasado más desapercibida otra estadística, publicada por el INE el mismo día que la del IPC, sobre el consumo minorista, con datos correspondientes a febrero.
Hemos vuelto a caer, y lo más grave es que arrastra pérdidas de puestos de trabajo y se está cebando nuevamente en los más pequeños comerciantes…los que habían logrado sobrevivir.
A continuación les pongo los gráficos que prueban lo que estoy diciendo; gráficos elaborados por el INE, para que nadie piense que manipulo nada; me limito a transmitirles los datos con sus manipulaciones de origen, y aun así las cosas no apuntan bien, a los efectos de unas bases serias para una recuperación económica sostenible en el tiempo. Pero esto no puede sorprender a nadie, lo sorprendente sería, como decía anteriormente, lo contrario: que cargados de impuestos, sin financiación y con un desempleo “inmoral” fuéramos capaces de remontar la crisis.