José Barta; 24 de marzo 2014
El pasado viernes 21 de marzo, en Gestiona Radio, participé en la tertulia de las 8:00. Había estado el miércoles anterior, como desde hace ya varios años, en el mismo programa, Primera Hora; dos participaciones en una semana me supone un esfuerzo mayor de lo acordado inicialmente con su director, Arturo Criado, pero accedí principalmente por hacerles un favor, ya que les había fallado otro contertulio. También tenía interés en conocer personalmente a Julián Núñez, actual Presidente de Seopan, de cuya presencia me informaron. A priori, de los temas que pudiera tratar tan solo me interesaba el punto de vista de sus asociados sobre la anunciada privatización del tráfico de viajeros por ferrocarril.
Mediada la tertulia se incorporó Julián Núñez y respondió a las primeras preguntas, supongo que pactadas, del director del Programa. Y he aquí que cuando toca el delicado tema de la demanda de ayuda pública que las concesionarias de autopistas han realizado al Gobierno, para evitar sus quiebras, justifica la situación actual en la caída del tráfico rodado, debido a la crisis económica, y en el elevado coste de las expropiaciones del suelo, al que han tenido que hacer frente las concesionarias, dado que era una de las condiciones que se establecían en los correspondientes pliegos concursales.
La imprevisión sobre una posible caída en el tráfico rodado, debida a la extraordinaria crisis que estamos sufriendo, que afecta lógicamente a los usuarios de las autopistas resulta razonablemente aceptable. En mayor o menor medida ¿a quién no le ha tomado por sorpresa la profundidad y duración de la crisis?
Pero que se manifestará disgustado sobre las consecuencias que el excesivo coste de las expropiaciones, que se alcanzan en los tribunales correspondientes, me pareció que solo podía corresponderse con un profundo desconocimiento sobre dicho proceso, algo poco creíble dada la larga experiencia que las empresas concesionarias tienen en esta materia, o a una actitud que, suavemente, podría calificarse de cínica. Y es que dicho “sobrecoste” ha sido la constante en los procesos expropiatorios, en este país, al menos desde hace treinta años.
Llegados a este punto, como sospecharan todos aquellos que me conocen, no pude sino interrumpirle manifestándole mi extrañeza con lo que acababa de decir, dada la experiencia histórica vivida.
Anecdóticamente debo puntualizar que esta intervención mía fue acompañada de claras muestras de desaprobación por parte del director del programa, Arturo Criado, que chascando los dedos y haciendo signos de tijera con los mismos, me pedía que callara. Arturo y yo mantenemos una buena relación personal, pero discrepamos con frecuencia sobre lo que es o no relevante en algunos debates; pero hasta ese día no lo había manifestado tan abiertamente, delante de un entrevistado, y yo me sentí desautorizado.
Ante esto opte por callarme y no seguir interviniendo.
Supongo que entre sorprendido por el choque y crecido por mi silencio, Julián Núñez se explayó en el supuesto abuso que, con el apoyo judicial, se ha producido contra las sufridas concesionarias, y para reforzar su tesis manifiesta que estas decisiones se han dado incluso a pesar de que existe una limitación legal al precio de las expropiaciones de suelo rustico, consistente en la capitalización de las rentas propias de dichos suelo, con un máximo del doble de las mismas.
Para mí este argumento fue definitivo, y es que es cierto que en la actual Ley del Suelo (Ley 8/2007, de 28 de mayo, de Suelo) – así como en su texto refundido, Real Decreto Legislativo 2/2008, de 20 de junio – se contiene un artículo, el numero 33, sobre Valoración en el suelo rural, en cuyo punto primero se dice que:
1. Cuando el suelo sea rural a los efectos de esta Ley: a) Los terrenos se tasarán mediante la capitalización de la renta anual real o potencial, la que sea superior, de la explotación según su estado en el momento al que deba entenderse referida la valoración.
Solo puedo aportar, contra esta argumentación, un pequeño detalle, que a Don Julián Núñez quizás le parezca una nimiedad en la que no vale la pena detenerse: Cuando salen las autopistas a concurso, e incluso cuando son adjudicadas, e incluso cuando ya muchas de ellas habían sido inauguradas, todavía NO HABIA SIDO APROBADA LA VIGENTE LEY DEL SUELO, por lo que difícilmente podía incorporarse dicha legislación a las previsiones empresariales, que terminaron convirtiéndose en ofertas ganadoras de adjudicaciones.
La actual Ley es del 2007, y en el año 2006 ya teníamos más de 3.000 km de autopistas construidas. Desde dicha fecha (2006) solo se han construidos 126 km.
Y es que el viejo aforismo cínico sobre que “la verdad no te impida un buen negocio”, parece que se ha convertido en criterio de referencia. “Niega lo evidente, por si acaso cuela”.
Desafortunadamente los oyentes de primera hora de Gestiona Radio, y yo mismo, nos quedamos con las ganas de saber que hubiera respondido el representante de Seopan a este dato. Lo mismo hubiera aducido las artes adivinatorias de los gestores de las concesionarias de autopistas, en relación con las futuras reformas legales, algo que claramente no tuvieron para atisbar la crisis inmobiliaria. Repito que todos nos quedamos con las ganas de saber su reacción, dado que, ante la desautorización percibida, opté por abandonar el estudio radiofónico; no soy periodista, acudo a estas tertulias en calidad de estudioso y conocedor de algunos sectores económicos (la palabra “experto” me repatea dado el abuso que de ella se hace), con el ánimo de aportar luz a los oyentes en aquello que pueda. Por no actuar como periodista no me veo supeditado a sus protocolos, y menos a los de un entrevistador, cuando alguien acude a la tertulia en la que yo estoy quiero que sepa que – si es así – yo conozco de lo que va a hablar tanto como él, por lo que le exijo rigor intelectual y honestidad personal. Por ello me reservo el derecho a intervenir, educadamente, en medio de un discurso que estimo huero. El no reconocimiento por parte de un medio de esta actitud mía hace que me cuestione seguir en él, que es lo que estoy decidiendo ahora en relación con Primera Hora de Gestiona Radio.
Pido disculpas por este desahogo y retomo la reflexión sobre el origen de las manifestaciones de Julián Núñez, Presidente de Seopan: entiendo que el trasfondo del problema de la mayoría de las concesionarias de las nuevas autopistas de peaje, estriba en la práctica, generalizada desde hace demasiado tiempo, de reducir el importe de sus ofertas económicas, minimizando a extremos insostenibles sus coberturas de riesgo por imprevistos, e incluso probables, al objeto de lograr la adjudicación de la explotación, confiando en que la Administraciones Públicas, aflorados los problemas, asumirán los sobrecostes para evitar males mayores, o posibles escándalos de cualquier tipo. Lo triste es que esta estrategia, que defrauda a los contribuyentes y vulnera la libre competencia, les ha estado saliendo bien en casi todos los casos, como se puede comprobar con las sistemáticas desviaciones presupuestarias de la mayoría, por no decir de todas las grandes obras públicas.
Volvemos siempre a lo mismo: los beneficios para los que se los gestionan, las pérdidas para el contribuyente. El paradigma creado a lo largo de muchos años por las adjudicatarias de obra pública y, más recientemente con las Cajas de Ahorros, será difícil de cambiar.