José Barta; 17 de junio 2013
Hoy en el Confidencial Eduardo Segovia escribe un artículo que titula “Bruselas forzó al Gobierno a bajar los precios de los pisos de Sareb”
Desconozco la fiabilidad de las fuentes del señor Segovia, aunque no deja de sorprenderme ese súbito interés tan pormenorizado por parte de los troikistas, pero de ser cierto el título se pone en cuestión “oficialmente” algunos aspectos que me he hartado de cuestionar “oficiosamente”.
El primer aspecto cuestionado es la consideración de la SAREB como empresa “privada”, al ser la mayoría de su capital privado ¿Cómo, salvo expediente de defensa de la Competencia, se atreven unos organismos públicos a corregir los criterios estratégicos de gestión de una empresa privada?, y lo que es peor ¿cómo es posible que esta última les obedezca de inmediato, sin cuestionar su competencia? Solo es posible si dicha empresa no es realmente privada. Y esto es lo que hemos venido defendiendo desde el principio, dado que el capital aportado por los accionistas no deja de ser simbólico frente al peso de los créditos recibidos para poder acometer su actividad, todos ellos avalados por el Estado español.
El segundo aspecto es el de la adecuación de los precios de la SAREB al mercado. Hemos defendido, y lo seguimos haciendo, que la caída – en términos generales – del precio de la vivienda no ha tocado fondo, ni en venta ni en alquiler; y es que los pisos valen lo que el mercado puede pagar por ellos, y este puede pagar más o menos en función de su renta neta disponible. Y la renta neta disponible de las familias españolas (entiéndase residentes en España) se encuentra ya por debajo del año 2000. Y sigue cayendo gracias a la política de contracción económica adoptada por nuestro Gobierno (presionado o no por terceros). Luego los activos de la SAREB se encuentran hoy menos sobrevalorados que mañana, y mañana menos sobrevalorados que pasado mañana, y así mientras se mantenga la contracción de nuestra economía.
El tercer aspecto es el de los ” beneficios económicos” previstos para la SAREB, dado que al tener que rebajar a valor de adquisición el precio de sus activos en venta, no existe margen alguno para obtener beneficios. Esto es algo que ya enunciamos hace meses, a raíz de la creación de este invento – al que la mayoría llama banco malo, olvidando que el Banco malo es el FROB – cuyo único objetivo ha sido el de sanear los balances de los bancos intervenidos para permitir su posible venta. Este saneamiento se ha limitado a trasladar las pérdidas de dichas entidades a otra nueva, pero todo sigue pendiendo sobre la cabeza de los contribuyentes. La SAREB no solo no tiene margen de beneficio en la comercialización, sino que tiene unas pérdidas de explotación disparatadas que impedirán que jamás tenga beneficios reales (contables quizás sí, que ya se sabe que existe mucha creatividad a este respecto, y sus gestores de inmuebles sabrán poco – o nada – pero de contabilidad creativa saben un montón).
A la vista de lo anterior cabe preguntarnos: a) si realmente la SAREB actúa conforme a criterios dimanados del Gobierno ¿cómo no se considera su endeudamiento como Público por Bruselas?; b) si el mercado no va a permitir que obtenga beneficios ¿que ganan realmente sus accionistas?; c) si la SAREB no aportará ventajas competitivas significativas en la gestión de activos ¿qué es lo que realmente aporta?
Creo que he dado cumplida respuesta a cada una de estas preguntas en mi blog, por lo que seré telegráfico:
a) Bruselas no mantiene el más mínimo criterio económico en estos momentos, tomándose las decisiones a impulsos de intereses políticos puntuales, en un marco de continua improvisación.
b) Los accionistas tienen tres tipos de beneficio, según cada caso: algunos han prestado dinero, a un interés magnifico, con la garantía del Estado; a todos les sirve para “vender” el favor al Gobierno, lo cual les permitirá, en su momento – quizás ya lo han hecho –, pasarle la correspondiente factura.
En los casos como el Santander, tienen acceso directo a la política a seguir con los activos adjudicados, que compiten con los propios, lo cual siempre es bueno, dado que – en el peor de los casos – te permitirá adelantarte.
c) Lo que realmente aporta la Sareb, si bien a un precio elevado, es un “maquillaje” en los resultados de la política financiera del Gobierno, que puede intentar presumir sobre la eficacia de la misma para sanear las entidades intervenidas. Burocratización de procesos y proliferación de sociedades vehiculares es la experiencia que tienen la mayoría de los actuales gestores del equipo económico de este Gobierno, y es lo que han aplicado.