José Barta; 23 de abril 2013
En una entrevista con el diario “The Wall Street Journal”, tras la Cumbre del G20, De Guindos ha elevado la previsión de caída del PIB para 2013 al 1 o 1,5%, frente al 0,5% contemplado hasta ahora, mientras que ha confiado en un “ligero” crecimiento para el año que viene.
No somos pocos los analistas que, junto con la mayoría de las grandes instituciones financieras internacionales, llevamos afirmando que la proyección económica para este año 2013 se encuentra entre el 1% y el 1,5%. La diferencia con el Ministro De Guindos y su incompetente equipo económico es que esta afirmación la venimos haciendo desde el pasado mes de octubre de 2012.
El error no resulta baladí. Una diferencia en los Presupuestos – de un país, o una empresa, o una familia – del 200% de mayores perdidas sobre lo previsto inicialmente, lleva inexorablemente a un mayor desastre a ese país, empresa o familia.
Los gastos previstos, sobre unos determinados ingresos que son falsos, ya se han comprometido en su mayoría, así como las inversiones, por lo que las perdidas previstas inicialmente se dispararán. Para contrarrestar en parte el escandaloso incremento del déficit que se producirá, el Gobierno incrementará más los impuestos, aunque lo realice con nombres distintos, como los de creación de nuevas “tasas con apellido de medioambientales”, incremento de las tasas existentes, eliminación o reducción de deducciones fiscales, y así un largo etc. de acciones fiscales.
Estas acciones a su vez reducirán aun más la renta neta disponible por parte de familias y empresas, por lo que se reducirá el consumo, el ahorro y la inversión, con un incremento del desempleo, por encima de lo previsto inicialmente, y finalmente…con una mayor caída de la riqueza económica del país, a pesar del cacareado incremento de la exportación, que nunca ha sido decisivo para nuestra balanza de pagos, o del turismo, que si tiene algo más de peso.
¿Forma esto parte de una estrategia propia de desalmados, o simplemente nos encontramos ante una manifestación de grave incompetencia por parte de este Gobierno, que desconoce lo más elemental de la estructura económica de este país, así como de las más elementales leyes de mercado?
¿Credibilidad del Gobierno? ¡Ninguna! No es la primera vez que se equivocan en este campo; respecto a la previsión que realizaron de la caída del PIB del pasado 2012, fue el organismo menos acertado, a pesar de encontrarse la gestión del mismo entre sus competencias, muy por detrás de OCDE, FUNCAS, FMI, BBVA o The Economist, que tampoco llegaron a afinar con el desastre que finalmente se produjo. ¿Pronostico para el 2014? De crecimiento nada. Si hubo alguna posibilidad, la política seguida por este Gobierno la ha cercenado.