José Barta, 3-05-2010
El viernes pasado Cajamadrid anunció que había multiplicado por diez sus ventas de inmuebles en el primer trimestre de 2010, al desprenderse de un total de 700, con los que ha ingresado 85 millones de euros.
Hace un mes, parece que hubieran pasado seis, en uno de los primeros post que incorporé a este blog, con el titulo “Comienza el “sprint” para la venta de viviendas” anunciaba la urgencia que las entidades financieras tienen por vender el máximo posible de viviendas adjudicadas, en el menor tiempo posible, ya que en el logro de este objetivo entra en juego, no solo el mayor o menor descuento a realizar en el precio de las mismas, la propia posibilidad de venderlas, dado que el principal comprador es español, o reside permanentemente en nuestro país, necesita vivienda para uso propio o de algún miembro de la familia, y puede hacer frente a la inversión. Esta especie, como todos pueden comprender fácilmente, está en vía de extinción, no solo por el paro creciente, también porque su rapacidad (al más puro estilo Rodríguez de la Fuente) queda saciada con la primera captura que realice, resultando extrañísimo aquel espécimen capaz de cerrar más de una operación de compra.
Cajamadrid, como otras muchas entidades, se han dejado de “cuidar la imagen” (“pueden pensar que necesito vender”) que es lo que no han parado de hacer la mayoría de promotores, al menos en los dos primeros años de la crisis (2008 y 2009). Parafraseando a la inolvidable Rocío Jurado, “ahora ya es tarde…”.
La propia Cajamadrid explica porque ya es tarde para aquellos promotores que se acaban de dar cuenta de que esto dura más de lo que previeron, con su mirada de miopes empresariales.
La caja subrayó que ha comenzado “a recoger los frutos” de su plan de activos inmobiliarios, por el que “ha impulsado la venta de inmuebles a través de sus 2.175 sucursales, de puntos especializados en algunas de sus oficinas y por la venta por Internet (subastas y compra directa)”.
El fuerte crecimiento de las ventas no se puede explicar solo por el impulso de la red de ventas, resultan claves “las interesantes condiciones ofrecidas a los compradores, como un 24% de descuento medio sobre el valor de tasación”, y la financiación hipotecaria, “a un tipo de interés de Euríbor más 0,50% a 40 años y sin comisiones”.
A los promotores les resulta imposible competir de todo punto con estas condiciones, ya que si se diera el caso de que pudieran bajar el precio, sin la traba de soportar una hipoteca por importe superior al mismo, tendrían que obtener la financiación adecuada para el posible comprador y, en el paroxismo de este sistema ineficiente, sus posibilidades son inversamente proporcionales a su capacidad de supervivencia como empresa.
¡Que lejos quedan esos gritos de “no pasaran”! que, hasta hace apenas un mes, se atrevían a lanzar, a través de sus representantes corporativos, para pronosticar que no se bajarían los precios por debajo del 20%.
“Ahora ya es tarde S…”