Cuando hablamos de cultura innovadora hablamos de valores, dado que ha nadie se le puede forzar a tomar iniciativas o desarrollar nuevas soluciones; hablamos de formación, dado que el conocimiento exige alimentación; hablamos de organizaciones que faciliten el dialogo, creando espacios de encuentro; hablamos de estilos de dirección que lo fomenten y lo hagan fructífero: HABLAMOS EN DEFINITIVA de competencias propias del Gobierno Corporativo de una empresa, si se desea innovar.
Si no se asume este liderazgo, por parte del Consejo de Administración o del Administrador Único, y no se acomete la necesaria transformación cultural, la contratación de expertos en innovación, la inversión en tecnología, como la digitalización o la Inteligencia Artificial, servirá para hacer el paripé de empresa innovadora, pero no nos sacará de la mediocre rutina.