José Barta; sábado 24 de enero 2015
Durante la noche del pasado jueves, en mi habitual ejercicio de zapping televisivo, recalé por unos minutos en un programa de 13Televisión (esa emisora cuya titularidad se asocia a la Iglesia Católica en España, y cuya imagen se vincula al servicio de las políticas del Gobierno Popular, dada la casi total ausencia de programas al servicio de los valores trascendentes de la persona), en la que por enésima vez, sus tertulianos, elogiaban la “recuperación” económica generada por el actual Gobierno de la Nación – confundiendo una vez más “estabilización” (tocar suelo en el proceso subdesarrollista emprendido por este Gobierno. Ver mi post España lidera la caída de salarios en Europa ) con “recuperación” -, al tiempo que atribuían la aparición del “maléfico” Partido Podemos – con sus “descabelladas propuestas” – al “incompetente” Zapatero. Un marrón más a las espaldas de este exPresidente que, de ser ciertas las acusaciones “populares”, se habría convertido en el gobernante más “eficiente” de la Historia de la España moderna, dado que no es posible cambiar más cosas en menos tiempo. Por esto no acabo de entender como compatibilizan esta imagen con la expresión de incompetente, podrá parecerles “diabólico”, “sectario”,…pero no incompetente.
Independientemente de la estereotipada conclusión a la que llegaban los colaboradores de 13 Televisión, la pregunta exigiría un profundo examen de conciencia – si es que la tienen – por parte de los responsables de los partidos políticos que han gobernado este país durante los últimos veinte años. Las razones que han dado origen a la aparición de un partido como Podemos se encuentran en el desencanto, el hastío, la desconfianza y el profundo sentimiento de indefensión frente a los poderosos y a la injusticia social por parte de la mayoría de los ciudadanos de este País, independientemente de a quien votara en las últimas elecciones.
En el caso concreto de las políticas desarrolladas por los distintos Gobiernos controlados por el Partido Popular – partido que escojo como ejemplo dado su ideario, aparentemente en las antípodas de un Partido como Podemos –, independientemente del momento económico en el que se desarrollaron, le reto al lector a encontrar el más mínimo interés por la defensa y promoción de la trascendencia de las personas, así como de comportamientos éticos. Puede que prediquen mucho, pero jamás han dado trigo, que diría un castizo. Sus comportamientos, algunos de ellos caracterizados por la ausencia de acciones y todos por el exceso de falsedades, han terminado por minar la confianza de los españoles hacia los políticos tradicionales, y esta es difícil de recuperar, pues exige la reiteración de actos virtuosos y tiempo. Así lo denunciaba en mi artículo Sobre el resentimiento social en España y su solución , publicado el pasado 21 de abril 2014.
Ya no cuela la tan cacareada “imposición desde Bruselas” de políticas económicas ineludibles, que se han mostrado claramente como fruto de decisiones éticas por parte de Rajoy y De Guindos, en las que se ha optado por sacrificar a las clases medias, en beneficio de otras, como anticipé en mi Carta abierta (y larga) al Ministro De Guindos sobre los bancos malos , publicada en diversos medios el 26 de diciembre de 2011.
Por todo esto, y muchas otras razones que con gusto expondré a quien por sí mismo no las encuentre, podemos afirmar que Aznar, Rajoy, De Guindos, y otros muchos similares, son los grandes precursores – de alguna forma protofundadores – de Podemos, de la misma manera en la que Batista propició el ascenso y triunfo del Partido Comunista liderado por Fidel Castro en Cuba, o como los Somoza generaron el clima que propició el Sandinismo en Nicaragua, o como los “Neoliberales” venezolanos llevaron a las masas populares, hambrientas e ignorantes, a los brazos de Hugo Chávez.
Que disparate estás diciendo Barta, esta vez sí que se te ha ido la mano en la comparación. España no es Cuba, ni Nicaragua, ni Venezuela; somos Europa.
No lo discuto, pero por lo mismo tampoco Podemos es el Castrismo, ni el sandinismo, ni el chavismo ¿O sí? Sea lo que sea, su éxito se fundamente en el fracaso de los actuales gobernantes.
Sea lo que fuere, algún día Pablo Iglesias se lo agradecerá, en privado naturalmente.