José Barta; viernes 4 de julio 2014
Muhamad Abu Hdeir, palestino de 16 años, del barrio Shoefat al noreste de la ciudad, fue introducido por la fuerza en un automóvil que logró escapar rápidamente del lugar. Estaba en camino a la plegaria de la mañana, en este mes sagrado del Ramadán, en la mezquita próxima a su casa.
Los asesinos de Muhamad Abu Hdeir, se asemejan extraordinariamente a los asesinos de Eyal, Gilad y Naftali, al extremo de compartir sus mismos corazones, unos corazones podridos que quizás se escuden en la defensa del nombre de un falso dios, para asesinar al hombre creado amorosamente por el verdadero Dios.
Mi corazón también pide consuelo para sus padres y hermanos, con la certeza de que los cuatro adolescentes, ya disfrutan juntos del Consuelo del único Dios verdadero.