Tres jóvenes judíos asesinados por aquellos que, en nombre de un falso dios, asesinan al hombre creado amorosamente por el verdadero Dios.
Sus asesinos han sido personas que en defensa de una falsa vida propalan una cultura de destrucción y de muerte.
Los asesinos de Eyal, Gilad y Naftali, son los mismos que asesinan cristianos en Siria, Nigeria, Sudan…
Nuestra cabeza y nuestro corazón están con las familias de Eyal, Gilad y Naftali, en la confianza de que nuestro Dios es un Dios de vivos, no de muertos, por lo que Eyal, Gilad y Naftali ya gozan de la Luz Eterna.
También tenemos una certeza, la de que sus asesinos pertenecen a una cultura que adora la muerte, y la Historia muestra como estas culturas de muerte mueren, mientras que los que santifican la vida Viven.
José Barta