Francisco, 17 de julio de 2013
El texto del mensaje del papa es el siguiente:
“Recordando la enseñanza de San Ireneo de que la gloria es la persona humana viviendo en plenitud, el santo padre los invita a que dejen que la luz de la gloria resplandezca tanto que todos puedan llegar a reconocer el valor inestimable de cada vida humana. Incluso los más débiles y vulnerables, los enfermos, los ancianos, los no nacidos y los pobres, son obras maestras de la creación de Dios, hechos a su imagen, destinados a vivir para siempre, y merecedores de la máxima reverencia y respeto. Su Santidad reza para que la Jornada de la vida contribuya a garantizar que la vida humana reciba siempre la protección que le corresponde, de modo que “todo lo que respira alabe al Señor” (Salmo 150,6)”.