José Barta; 11 de marzo de 2013
Y es que no hay nada como que a uno le llamen “Banco Malo”, aunque no sea un Banco, y contar con el mal ejemplo de tus mayores, los actuales gobernantes, para que antepongas tus intereses, y los de tus amigotes, a los de la sociedad a la que quizás alguien algún día te dijo que deberías servir.
Son muchos los retos a los que se enfrenta la Sareb, el primero de ellos el de los mercados en los que se desenvuelve – y seguirá desenvolviendo los próximos diez años -, en clara caída de precios que no será capaz de parar sino la adecuación a la realidad de la renta disponible por parte de familias y empresas, que también se encuentra en clara caída gracias a las medidas de las que tan orgulloso se declara el nefasto De Guindos.
El segundo de los retos, no menos grave que el primero, dimana de la chapucera concepción y articulación que se produjeron en su creación. Debido a esto, los responsables de la Sareb, por ejemplo, desconocen las garantías colaterales que se encuentran detrás de cada crédito; han omitido en numerosos casos la obligación de comunicar a los prestatarios la cesión de los créditos – en especial los créditos a la promoción -; tienen paralizadas las operaciones de compraventa de viviendas como consecuencia de no tener criterios claros sobre las condiciones aceptables para las mismas; y así un largo etc. que proviene principalmente del desconocimiento que tienen sobre los procesos seguidos con cada inmueble antes de su transmisión a ella, conocimiento que se encuentra entre las personas que cada entidad tenía como responsables de los mismos, algunas de las cuales fueron despedidas, a raíz de dichas transmisiones, y el resto no tiene la mínima motivación para colaborar con los chicos de la Sareb.
Atisbamos un tercer reto, vinculado principalmente al suelo y a las promociones en curso, paralizadas – algo más que conocido por los profesionales del sector, lo que no son la mayoría de los altos cargos de esta empresa -, consistente en la multiplicidad de legislaciones que sobre el suelo y la construcción existen en España. Leyes y ordenanzas municipales crean una trama técnico legal que exige el concurso de auténticos expertos en cada Comunidad Autónoma y en cada municipio donde se tengan activos en estas condiciones, y no siempre para agilizar procesos, en la mayoría de los casos deberá ser para paralizar plazos y evitar ejecuciones por parte de dichas Administraciones, como serían los compromisos de urbanización de terrenos sin visos de demanda final.
Los profesionales tenemos perfectamente estudiadas las estrategias más adecuada para la gestión de una sociedad con estos condicionantes: Se precisa recuperar la mayor parte del conocimiento de gestión previo a la adquisición de los activos (inmobiliarios o créditos); es crítico pulsar con rapidez y fiabilidad la evolución de los distintos mercados, para adoptar las decisiones más rentables; finalmente se precisa coordinar equipos muy especializados tanto los distintos campos del Derecho Administrativo y Mercantil, como en las particulares legislaciones locales.
Como característica añadida, la Sareb precisa descargarse al máximo de costes fijos, para evitar perder más competitividad en un mercado en declive, de incierta recuperación en un horizonte de tres a cinco años, para la mayoría de sus activos, y de baja o nula recuperación, en un horizonte de diez años, para muchos de ellos. Con créditos que ya están corriendo, sobre el valor de adquisición de, al menos, las tres cuartas partes de sus activos.
Crear un pequeño equipo de especialistas en coordinar otros equipos muy especializados, con instrumentos informáticos de gestión de la información agiles y capaces de “aprender” y dar respuestas precisas y aceptables a los colaboradores externos, con márgenes de error despreciables, hubiera sido la estrategia más razonable y eficaz.
La Sociedad de Gestión de Activos Inmobiliarios procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) o ‘banco malo’, ha decido optar por todo lo contrario. Quizás inspirados en ese largo número de grandes empresas públicas deficitarias, en su mayoría creadas durante el franquismo, han decidido montar una macro empresa, que alcance dimensiones de riesgo sistémico, así se parecerá a ese otro logro del zapatero-rajoysmo que es Bankia.
Parece que ya están preseleccionados cincuenta altos ejecutivos, de nivel técnico, según informan fuentes de la propia sociedad. A lo largo del presente ejercicio se contempla que se cierren unas 150 contrataciones.
Eso sí, la mayoría de ellos serán personas de confianza de la actual directiva. Que puestos a alimentar bien a alguien, los primeros son los amigos.
La cuestión es, Ministro De Guindos, ¿que inventará usted – perdón, le impondrán desde Bruselas – para salvar a la Sareb?