José Barta; 1 de septiembre de 2012
Lo que hasta finales de los 90 se limitaba a una terminología de especialistas (los bancos zombis, que son aquellos que con un valor económico negativo continúan operando gracias a la captación de recursos que jamás podrán devolver), se vulgarizó a partir de la crisis del 2007. En España estamos desarrollando la segunda peor experiencia de la historia (después de la de Japón) en cuanto al número he importancia de bancos malos. Pero esta situación se encuentra a punto de finalizar. Los bancos zombis españoles van a desaparecer, serán sustituidos por una Administración Pública Zombi. Esta será nuestra segunda gran aportación a la Historia Económica Mundial (la primera fue la fijación de los principios que deben darse en toda economía capitalista, obtenidos por los Doctores de la Escuela de Salamanca, en los siglos XVI y XVII, adelantándose a Adam Smith un siglo)
Y es que nuestras Administraciones Públicas (porque no nos limitamos a una, tenemos para inundar toda Europa), bajo el liderazgo del Presidente Rajoy se están convirtiéndose en un gran monstruo que devora a la sociedad civil, captándola recursos sin apenas contraprestaciones.
A efectos de riegos hemos optado por eliminar toda duda a los posibles inversores institucionales, el riesgo de las entidades financieras es “riesgo Estado Español”. En esta brillante maniobra ha destacado la actuación del Ministro De Guindos, con su política de estatalización de las pérdidas de “sus” entidades financieras (me resisto a denominarlas “nuestras” ya que jamás tuve parte – como la inmensa mayoría de los españoles – en ninguna de ellas). Gracias al “Banco Malo DeGuindos”, así como a su estrategia de no permitir la quiebra de ninguna entidad, los activos tóxicos de estas pasaran a ser patrimonio de todos los contribuyentes españoles, en un reparto inversamente proporcional al patrimonio e ingresos de cada uno de nosotros.
Pero no solo los activos tóxicos, también las pérdidas de explotación de entidades que, como Bankia, con su estructura actual son insostenibles, especialmente en un mercado en contracción como el español. Prueba de esto es que Bankia lleva perdidos 4.448 millones de euros en el primer semestre del ejercicio 2012. Cantidad que asumiremos los contribuyentes en España, vía FROB.
Pero esta habilidad para gastar “tontamente”, dada la ausencia de creación de la más mínima riqueza – al menos para la sociedad – no se limita a las subvencionadas entidades financieras, la propia Administración Central – la más auto controlada de todas las que tenemos en España – ha registrado un déficit de 48.517 millones de euros hasta el pasado mes de julio, en términos de Contabilidad Nacional, el 4,62% del PIB, lo que supone un aumento del 25,8% en comparación con el año pasado, según datos comunicados por la Secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás. Esta cifra de déficit supera el nuevo límite que ha asumido el Estado, que se ha elevado en un punto, al 4,5%, por el año extra que concedió Bruselas a España para reducir el déficit al 3%.
De las Autonómicas y Locales mejor no hablar, ya que erraremos, al no ser fiables los datos que aportan, como nos muestra la experiencia.
En definitiva, tenemos unas Administraciones Públicas que no paran de incrementar su gasto, al tiempo que reducen las prestaciones sociales, encarecen los servicios públicos (como el transporte, la recogida de basuras, etc.), minimizan las inversiones, incrementan los impuestos y despiden personal.
El incremento de los impuesto como el IVA o el IRPF no son el único procedimiento por el que se expolian recursos económicos a la sociedad civil, que es la que realmente genera riqueza – en la escasa medida que la dejan -, el mayor pago en los medicamentos, las reducciones salariales, el incremento de tasas judiciales, etc. no cejan de restar capacidad adquisitiva a las familias y a las empresas, especialmente a las pequeñas. Con el consiguiente hundimiento del consumo y la inversión, lo que conlleva un incremento del desempleo. Y así en una espiral que no parece tener fin.
Y cada vez que nuestros políticos consideran oportuno dar una explicación concluyen con que los españoles “hemos derrochado nuestros recursos”, “hemos dilapidado nuestra riqueza” ¿Quiénes “hemos”?, porque hasta donde recuerdo las Cajas de Ahorro – principales protagonistas de la actual crisis – estaban dirigidas por personas (algunas incluso profesionales) nombradas por políticos, y sindicalistas – que a estos efectos son lo mismo- . Los Alcaldes y los Concejales de Urbanismo son políticos, así como los Presidentes de las CCAA y los distintos Consejeros, y se supone que deben ser personas “honradas, integras y amantes de la verdad”, pero parece que lo único que les interesa es la permanencia en sus privilegios, así como la “admiración popular de la que son acreedores”, dados los altos sacrificios a los que se obligan por servir a los ciudadanos.
Rectifico, no hemos realizado dos aportaciones, de especial relevancia, a la Historia de la Economía Mundial, tenemos una tercera: EL POLÍTICO ZOMBI