José Barta; 11-10-2010
En una jornada organizada el jueves día 7, por BNP Paribas Real State junto a la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), varios promotores o profesionales relacionados con el mundo inmobiliario reconocieron que la única salida para numerosos inmuebles construidos en el boom de la burbuja inmobiliaria sería su derribo, ya que no se venderán nunca.
Francisco Carbonell, director general de la promotora Onofre Miguel, apunto que hay stock de viviendas, oficinas y locales a precios y ubicaciones que no pueden ser comercializados y habrá que destruirlos, una idea compartida por sus compañeros de mesa redonda. Consuelo Sempere, delegada de Levante Tasaciones Inmobiliarias, señaló que no todo el producto inmobiliario tiene salida y que incluso algún suelo urbanizable debería volver a ser cultivo, especialmente mucho suelo terciario.
Joaquín Ivars, director territorial de BNP Paribas Real State en la Comunitat, Mónica Sentieri, consejera delegada de RKV, y Jorge Caruana, director de patrimonio de IGSA, también participaron en las jornadas en las que Carbonell señaló que lo difícil es cuantificar cuántas hay que derribar.
Pues esto ya lo decía yo, y afortunadamente se publicaba, en febrero de 2008 (ver mis post). Y la respuesta del sector fue descalificativa, cuando no ofensiva. Al final la verdad termina imponiéndose, y todos se apuntan a ella. Afortunadamente existe internet.
En cuanto a la actual preocupación de algunos de estos “conversos” sobre la cuantificación del número de viviendas invendibles, con gusto se la podemos despejar, informándoles pormenorizadamente de las características que ofrecen las mismas, e incluso del número aproximado. Basta con que lo soliciten en forma.