José Barta; 10 de octubre 2012
Que el Ministro De Guindos ignora la naturaleza de la actividad económica en una sociedad como la española, es algo que ya se ha puesto de manifiesto en numerosas decisiones adoptadas por su iniciativa. Cabía la duda, para algunos entre los que no me encuentro, sobre su conocimiento de la realidad financiera internacional.
En repetidas ocasiones he afirmado, por escrito y a través de las ondas de radio, que el Banco Malo DeGuindos no tiene atractivo alguno para los inversores internacionales, salvo para los Fondos Buitre, siempre que se tiren los precios de los inmuebles que adquiriera. Como suele suceder, el coro de corifeos – algunos de ellos hasta hace poco parecían buenos economistas – se encargo de desautorizar, por los diversos medios de comunicación, este tipo de manifestaciones, calificándolas de gravemente derrotistas y alejadas de la realidad.
Pero he aquí que es justo la realidad la que termina imponiéndose, y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ya tiene claro que no puede contar con el dinero de los inversores internacionales para modelar la estructura del nuevo banco malo.
Uno tras otro, los fondos institucionales están manifestando su falta de interés por participar en la sociedad pública de gestión de activos, primero por una cuestión pura de precio, muy alejados de las referencias de mercado, y segundo por desconocer cuál es su modelo de negocio definido a corto y medio plazo.
Manuel Gómez, director financiero del FROB, inspector del Banco de España y profesor de Contabilidad de Entidades Financieras de la Universidad Carlos III, que desempeña este cargo desde julio de 2009, está constatando las reiteradas negativas de los inversores institucionales, por lo que parece que podría llevar al organismo público a recurrir a una solución casera, para capitalizar el banco malo.
Según El Confidencial el pasado sábado pudo saberse que el ministro de Economía, Luis de Guindos, pretende arrancar el compromiso de Santander, BBVA y La Caixa para que aporten hasta 2.500 millones de euros, cantidad con la que conformarían el núcleo duro de la sociedad gestora. El resto de entidades financieras nacionales con capacidad para arrimar el hombro que también han sido invitadas a participar, como Banco Popular, Banco Sabadell y Bankinter, tendrían que hacerlo con cantidades mucho menores.
En definitiva, una vuelta de tuerca más al cierre de la financiación de la economía real (familias, autónomos y pequeñas empresas)